miércoles, 28 de diciembre de 2011

Desmotivaciones 2011. Análisis y Resumen (Parte Uno)

LOS PRO – ANTIBIEBERS.


En el mes de junio de 2011 se produjo uno de los más lamentables episodios que yo recuerdo desde mi llegada a la web.

Desde su creación, Desmotivaciones se ha caracterizado precisamente por ese odio atroz hacia el artista enchufado, como yo le llamo; niñato engreído como le llaman otros, en fin, en estar en contra de Justin Bieber. Por insultar al metal y a los que escuchan otros géneros de música, el ídolo de las quinceañeras fue objeto de las más feroces críticas a lo largo de toda la existencia de Desmotivaciones, cuyos usuarios, oyentes sin duda de buenos géneros musicales, no soportaban al engreído aquel que se permitía el lujo de dar lecciones acerca de lo malo que era el heavy – metal, a la par que insultaba a quienes lo escuchaban y se ganaba así millones de simpatías (ironic mode) a lo largo y ancho del mundo.

Cada vez que llegaba una fan de Justin Bieber y subía un cartel cantando sus virtudes y alabanzas, los usuarios se lanzaban en tropel a votar negativo. Otros, más bestias ellos, lanzaban algún que otro improperio, insulto o blasfemia contra el nuevo dios del pop americano. Las beliebers, claro está, esgrimían sus únicos argumentos: le tenéis envidia, canta mejor, baila mejor que todos vosotros...


Yo mismo en el chat de Pelenagolden tuve un desagradable encuentro con una de estas niñatas. La susodicha me preguntó si me gustaba Justin y yo le contesté que no, que prefería mil veces a Within Temptation. La pobre chica empezó a preguntar: ¿Cómo es posible que a alguien no le guste Justin? Y mi respuesta, educadamente, fue la que cabe esperar, que a cada uno le gusta un tipo de música y eso es respetable para todo el mundo. No contenta con mi respuesta, la niña de papá empezó a soltarme la misma basura que sueltan todas las demás beliebers: que si envidia, que si él era guapísimo y yo era un gordo feo lleno de granos (como nuestro amigo el gordo granudo del que se han hecho cientos de versiones, vaya). Baneé a la niñata de inmediato y procedí a hacer un cartel con la conversación, para que quedara constancia de aquello.


Y entonces de golpe y porrazo vi que junio llegaba. Y entonces ocurrió lo imposible. Un grupo de usuarios encabezados por Adrysmaug se colocaron de imagen de perfil a Justin Bieber, clamando por la libertad de los usuarios que subían carteles de Justin y que snake producciones, el mejor moderador que ha tenido nunca la web, borraba implacablemente para evitar los insultos y demás desgracias que daban a la web una imagen peyorativa. Me alineé en contra de este grupo de usuarios. Evidentemente cada uno subía lo que le daba la gana, pero los votos negativos, en ocasiones treinta o cuarenta en pocos minutos, hablaban por sí mismos de este tipo de carteles pro – Justin. Los comentarios que se lanzaban contra sus autores eran siniestros a la par que insolentes. Y los carteles eran denunciados (algunos de ellos por el superusuario de turno, es decir, yo, y borrados todos inexorablemente por snake producciones).


Esto fue visto por este grupo de usuarios (Headbanger, Adrysmaug, Comecoco, Spungo, el cual iba más que otra cosa a hacer la broma, porque siempre ha sido así, y un largo etcétera) como un ataque contra la libertad de expresión. Y, ay, tanta libertad de expresión es lo que tiene, que gente como yo puede posicionarse en contra. Comenzaron a subir carteles defendiendo el derecho de las beliebers a subir lo que les diera la gana. Carteles que, por supuesto, eran negativamente votados por la inmensa plebe desmotivacional. Tras comentarios intentando justificar mi postura y los trompazos que Adrysmaug me soltaba, dejándome como un malo maloso (saludos a Lilly Senmetsu), decidí actuar en consecuencia. Hacer lo que se hacía antes. Meterse con Justin. Con originalidad. Con sarcasmo. Cogí una foto de Justin Bieber, la subí, y debajo coloqué la letra de Pop, de la Oreja de van Gogh. Pobre Amaia Montero, si llega a ver el destrozo me lleva a juicio. La cosa quedó con Justin y debajo el cartel, que rezaba "Eres la reina del pop, una diva sin nombre, un montón de ilusión; eres facturas y alcohol, una foto borrosa, una flor sin olor".


CARTEL

Y eso es precisamente lo que todo Desmotivaciones menos estos amigos de la libertad que no permitían expresarse contrariamente a nadie pensaba.

La llegada de Headbager diciéndome cuánto le había decepcionado fue inminente. Lo que no me explico es cómo alguien que adora a behemot puede defender a las beliebers. O mejor dicho, el derecho de que éstas suban carteles en los que las ponen a caldo, los votos negativos proliferan como las crías de conejo en la época del celo y los baneos por insulto gracias a estas prácticas se disparan).


El cartel recibió denuncias. No sé por qué recibió denuncias si tan libre es la gente de expresarse como quiera. Pero está claro que para algunos la libertad es la suya propia, las opiniones de los demás no cuentan para nada y por ende cuando alguien defiende lo contrario de lo que ellos piensan se ceban con él (o ella) y le ponen a parir y a caer de un burro y de una mula. ¡Por la libertad de expresión, eso sí!

[Mi otro cartel de la discordia Anti Belieber]

La cosa no pasó a mayores. El asunto se quedó allí, las aguas vuelven a su cauce, cuando alguien sube un cartel pro – Justin Bieber la gente se lanza en picado a votar negativo y algunos comentarios pueden incluso ser calificados como hirientes. Pero bueno, las quinceañeras son así. Hormonas revolucionadas, un alto porcentaje de ellas, y cabezas pensantes y sensatas otro porcentaje de ellas (menos alto, por desgracia para España y el resto del mundo).


Me he posicionado luego a favor de que cada uno suba el tipo de cartel que quiera. Sin traspasar los límites, claro. No vas a subir un cartel pornográfico porque tienes libertad. No. Pero sí, por ejemplo, carteles a favor de los toros. Otro asunto que no pasa desapercibido, precisamente. Ocurre como con las beliebers. Los votos negativos machacan a quien está a favor de la tauromaquia, cosa que no me va ni me viene, pero si el toro en la corrida sale linchado y muerto, el autor de los carteles taurinos sale peor aún. Digo yo, ¡si tanta libertad tiene que haber, qué menos que respetar a estos usuarios! Que no, hombre, que los toros son cosas fachas y retrógradas. Se puede estar a favor del aborto pero en contra de matar a un toro. Se puede estar a favor de la eutanasia pero en contra de que alguien mate a un animal. Es algo aberrante, sin duda. Defender la vida es defender la vida. Ya sea toro, perro, animal, persona, unicornio o dragón, o Félix el gato.

¿Pero para qué? Si defender la libertad de expresión que te interesa es muy progre, ¿para qué meterte con los taurinos?

Y desde entonces, a lo largo del año, voté positivo a todos estos carteles "polémicos". Por tener narices suficientes el usuario de turno al subirlos y desafiar a la marabunta. De aquellos héroes (que de hecho, me caen bien, pero durante esos días, la verdad, hubo bastantes tensiones) jamás volví a saber nada. Supongo que seguirán en su línea. Pero rectificar es de sabios. Supongo que mi posición entonces era errónea para con los carteles de Justin. Pero extrapolados a cualquier otro tipo de carteles es algo loable. Fue lo que hice. Excepto con una cosa. La inminente llegada de los "hoygan", cuya ortografía barriobajera y realizada aposta parece corroborar que los datos del informe PISA en España son los que son por este mismo asunto.

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