jueves, 12 de enero de 2012

Pobrecillos...

No hay más que añadir... pero es cierto. Somos tan malotes... no les entendemos, son seres humanos con sentimientos y les hacemos llorar, a pesar de todo tienen su corazoncito. Sus carteles contra cosas del mundo sobre las que no se pueden hacer bromitas a la ligera no son entendidas y por eso los gritos desgarran en la oscuridad de la noche...



Estas importantes tareas son reírse de aquellas cosas de las que nadie se reiría. Cualquier persona normal puede hacer un chiste en un momento dado de cachondeo, pero no reiterarlo en el tiempo. Una coña marinera sobre un "negro del Africa" puede ser graciosa una vez concreta, pero repetirla hasta la saciedad como hacen estos tíos es querer rizar el rizo del mal humor. Es como esos aburridos monologuistas que siempre que vienen a las fiestas del pueblo cuetan los mismos chistes viejos una vez y otra. Al final pierden la gracia. Y más al final, dejan de ser un chiste para convertirse en una cruda burla de la realidad.

Aquí va otro órdago de regalo: 404 - Page not found

PD. Es una tragedia que algunos carteles insultantes contra mí hayan desaparecido misteriosamente. A saber si el Reverendo Cebolleta querrá continuar una guerra que, él lo sabe, no puede ganar.

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